FILOSOFÍA: ALMA MATER DE LA CIENCIA
LA FILOSOFÍA: ALMA MATER DE LA CIENCIA
Por. ORLANDO HURTADO
Cabe hacer
mención de casos donde se presentan crisis familiares; como los momentos en que
la madre le dice acaloradamente a su hijo “no
me discutas, fui yo quién te parió, cierra la boca”.
Así mismo,
pero en universo diferente; y más largo que la guerra entre los palestinos y
los judíos; es la lucha por la supremacía, hegemonía y manejo de la batuta de
la epistemología. Y, por tendencia observada a lo largo de estos siglos, es una
guerra tribal de nunca acabar, pero en este tipo de conflicto, no hay
perdedores, es el único conflicto de centurias donde todos ganan, tanto los
ganadores (por obvia razón) como también los perdedores. Y, ¿qué es lo que
ganan todos? VERDAD, ya que, si no hay oposición o contradicción en este
universo de pensamientos, con el paso de las centurias, terminaríamos
convertidos en robots epistemológicos, pero cada vez más acercándonos a métodos
y resultados cada vez menos falibles, más eficaces y eficientes.
Por nuestra
infinitesimal existencia física con relación al basto e infinito universo
físico que nos rodea, ha llevado al hombre en primera instancia a estudiarse a
sí mismo, y, bingo, llega la filosofía, floreciente como en la primavera, dando
los primeros destellos de epistemología y pensamientos regulares a aquellos
pensadores que forjaron su propia visión y concepción del universo humano,
gracias a que obedecieron más a su interior que a su exterior, pudieron
regularizar las diferentes formas de pensar, canalizándolas en lo que conocemos
como la Filosofía, y es aquí donde se le añade el toque secreto del método,
para que termine mutando la misma en su propia segmentación (ciencias). Sin que
la filosofía logre mutar, mas bien, en términos coloquiales es la filosofía quien
da a luz a la ciencia.
La
filosofía sigue su camino buscando la verdad necesaria de cada particular o
colectivos, y la ciencia de igual forma sigue también su camino en búsqueda de
lo humano extrínseco, para con el fin dar explicación a sus fenómenos
extrínsecos. Una vez la ciencia se reafirma en su misión, siente algo que no
tuvo en un principio “autonomía” para proclamarse en cuanto a ciertos asuntos
de carácter científicos que incidieron en la vida social, es a partir de este
golpe de fama cuando la misma ciencia no solo se encarga de su proceso de
emancipación, sino también, a través de sus personalidades y algunos métodos se
encarga de tratar de desprestigiar a quien le dio a luz, a su alma mater la
Filosofía.
Sin embargo,
la Filosofía sigue su camino, tratando, triunfando y a veces cayendo, en su
proceso y misión primera, cual es aun en lo esencial intrínseca por naturaleza,
no dejando a un lado sus aportes en lo extrínseco del ser humano. Dar
derroteros a los diferentes cuestionamientos derivados del proceso
epistemológico y del pensamiento casual, para que lleguen a la verdad, la cual
es una de sus metas primeras y, la verdad individual y/o colectiva del hombre
contemporáneo.
Aunque para
el milenio transcurrido durante el oscurantismo ambas fueron dispersadas y
suplantadas por la teología, una vez caída esta como el muro de Berlín; retoman
su lugar cada una, sin olvidar sus rencillas pasadas, desconociendo ambas, a
través de sus autores, personalidades y representantes de diferentes pensamientos
o escuelas, tanto su campo de acción como de sus orígenes y para que están aun
en el seno de nuestras civilizaciones. Empezando nuevamente tratando la una
acaparar el campo de la otra.
Ambas han tenido y hoy tienen todavía algo en común; que ambas están al
servicio de la humanidad en cuanto a su bienestar, ya que una mente humana
filosóficamente consciente no causará agravios a otra, y una mente con la dosis
de ciencia adecuada y, que esta tenga como fin primordial de igual forma el
bienestar humano, no destruirá a nuestra raza, empero, ya sabemos a lo que
conlleva la una sin la otra, necesitamos mentes humanas que tengan un
equilibrio de ambas, porque de nada sirven las ideas si no se materializan, y
de nada sirve una mente llena de ciencia sin nada de humanidad en la misma, y
la humanidad, querido lector, está en la filosofía.
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